La bacteria Legionella pneumophila, causante de la enfermedad que lleva su nombre, utiliza proteínas de las células infectadas para construirse una “casita” que le permite reproducirse a sus anchas sin que el organismo hospedador se entere de nada.
Estos son los sorprendentes resultados que publica la revista Proceedings of National Academy of Sciences. Dos proteínas bacterianas, llamadas Ank3 y Lem3, serían las encargadas de modificar a las proteínas del hospedador para convertirlas en materias primas. Estos singulares ladrillos son empleados para la construcción de vacuolas en las que la bacteria se aloja durante la infección.
Al tratarse de materiales naturales de la célula, esta no los reconoce como un organismo intruso, por lo que la bacteria puede replicarse dentro sin ser detectada por su hospedadora.
Este descubrimiento puede abrir nuevas vías para la síntesis de antibióticos más efectivos, ya que al conocer exactamente como actúan estas proteínas se pueden buscar formas más eficaces de bloquearlas.(muyinteresante.es
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