Que la legionella no te de una sorpresa: guía práctica para hoteles, pensiones e institutos con duchas
Cuidado con legionella en colegios, gimnasios, oficinas y hostelería, justo después del verano. La puesta en marcha puede ser peligrosa
Cuidado con legionella en colegios, gimnasios, oficinas y hostelería, justo después del verano. La puesta en marcha puede ser peligrosa
Tener una piscina con el agua aparentemente limpia no significa que esté segura. Lo que no se ve puede representar un verdadero peligro para la salud pública: bacterias, hongos, virus, productos mal aplicados o acumulaciones químicas pueden afectar gravemente tanto a los bañistas como a los gestores de la instalación.
Con la llegada de agosto, muchas piscinas se convierten en el centro de ocio, ejercicio y relajación para miles de personas. Pero lo que a simple vista puede parecer un entorno seguro y saludable, puede esconder riesgos biológicos graves si no se lleva a cabo un mantenimiento adecuado.
El verano, con sus temperaturas elevadas y mayor actividad humana, crea el entorno perfecto para que las chinches proliferen. El calor extremo no solo no las elimina de forma natural, sino que acelera su ciclo biológico, intensificando las infestaciones si no se actúa a tiempo.
En los últimos años se ha extendido una creencia común: que las chinches se han vuelto inmunes al calor. Esta idea se ha reforzado ante infestaciones que persisten incluso después de veranos especialmente calurosos o tras tratamientos térmicos poco eficaces. Pero ¿es cierto que ya no se pueden eliminar con calor? ¿O estamos ante una mala aplicación del mismo?
Los meses de julio y agosto traen consigo temperaturas elevadas que aceleran la reproducción de las chinches.
Con la llegada del verano, las altas temperaturas y la mayor humedad crean un entorno propicio para la proliferación de diversas plagas
Es fundamental contar con un plan de acción integral que combine medidas preventivas y correctivas para mantener nuestros espacios libres de plagas durante la temporada estival.
Con la llegada de los días cálidos, muchos comienzan a pensar en disfrutar del jardín, la terraza y, cómo no, de la piscina. Pero antes de sumergirse en el agua, hay un paso fundamental que no se debe pasar por alto: la puesta a punto de la piscina.
Con la llegada del buen tiempo, no solo aumentan las horas de sol y las ganas de disfrutar del exterior, sino también la aparición de uno de los visitantes más molestos del verano: los mosquitos.