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Temática: Salud Pública y Control de Plagas
Agua cristalina, pero ¿saludable?
Con la llegada de agosto, muchas piscinas se convierten en el centro de ocio, ejercicio y relajación para miles de personas. Pero lo que a simple vista puede parecer un entorno seguro y saludable, puede esconder riesgos biológicos graves si no se lleva a cabo un mantenimiento adecuado.
La calidad del agua de una piscina no solo depende de su apariencia. Una piscina mal gestionada puede convertirse en un foco de proliferación de microorganismos, insectos y otros contaminantes que afectan directamente a la salud de los usuarios.
En A Tu Salud Ambiental, sabemos que un buen tratamiento preventivo y una vigilancia técnica rigurosa son esenciales para garantizar entornos acuáticos seguros. Y no solo en instalaciones públicas o comunitarias: los riesgos están también en piscinas privadas.
Infecciones y microorganismos: un problema más común de lo que parece
El agua estancada, los cambios bruscos de temperatura y la carga orgánica (sudor, cremas, orina…) crean el caldo de cultivo perfecto para bacterias, virus y hongos.
Los más comunes en ambientes acuáticos mal tratados son:
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Legionella: bacteria potencialmente mortal que se desarrolla en aguas templadas y sistemas de climatización asociados.
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Pseudomonas aeruginosa: puede causar otitis del nadador, dermatitis y problemas oculares.
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Cryptosporidium y Giardia: parásitos resistentes al cloro que provocan fuertes diarreas.
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Hongos dérmicos y de uñas: proliferan en superficies húmedas como bordes o duchas.
Además, el uso inadecuado de productos químicos puede agravar el problema en lugar de solucionarlo, provocando reacciones en la piel y ojos o intoxicaciones por cloraminas.
El factor plaga: mosquitos, avispas y otros invasores
Las piscinas no solo atraen a los bañistas. También pueden convertirse en criaderos perfectos para insectos como los mosquitos, especialmente si hay zonas con agua estancada (canaletas, duchas, skimmers mal gestionados).
Los mosquitos del género Culex, capaces de transmitir enfermedades como el virus del Nilo Occidental, y las avispas, que buscan fuentes de hidratación en pleno verano, son invitados no deseados pero frecuentes.
La clave está en evitar la acumulación de agua sin tratar, revisar todos los sistemas de evacuación y mantener el entorno libre de refugios para estos insectos.
Estrategia profesional para mantener la piscina bajo control
Un mantenimiento superficial no basta. La prevención eficaz en piscinas debe pasar por un enfoque profesional y riguroso. Desde A Tu Salud Ambiental, recomendamos:
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Análisis técnico del agua: comprobar niveles de cloro, pH, alcalinidad y dureza con frecuencia.
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Control microbiológico periódico: mediante muestreo para garantizar ausencia de patógenos.
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Mantenimiento integral de filtros, bombas y sistemas de circulación.
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Limpieza física diaria: de superficie, fondo, escaleras y zonas húmedas.
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Inspección y control de vectores: revisión de puntos críticos que puedan albergar plagas.
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Registro documental: esencial para instalaciones públicas o de acceso colectivo, y útil también para usuarios privados exigentes.
Un entorno acuático saludable no se logra con un par de pastillas de cloro. Requiere conocimientos, compromiso y seguimiento.
Un baño seguro empieza con una prevención experta
La piscina ideal no es solo aquella que se ve limpia. Es aquella que ha sido tratada de forma segura, continua y profesional. Porque los riesgos asociados a su mal mantenimiento van más allá de una irritación ocular: hablamos de problemas respiratorios, brotes infecciosos o incluso riesgos legales para instalaciones públicas o colectivas.
Desde A Tu Salud Ambiental, trabajamos para garantizar entornos acuáticos saludables, seguros y sostenibles. Contamos con personal cualificado y tecnología específica para el tratamiento, control y prevención de plagas e infecciones en piscinas.
¿Tienes dudas sobre si tu piscina está en condiciones óptimas? No lo dejes para más tarde. Agosto es el mes de máxima exigencia para este tipo de instalaciones.
Permanece atento, porque en los próximos días publicaremos más artículos de esta serie especial de verano, donde profundizaremos en otros riesgos asociados a piscinas, como la presencia de algas, hongos, o la legionella en zonas anexas.