Nadie está a salvo de que una comunidad de pequeños y molestos inquilinos se instale en su casa. Para intentar impedirlo, ponga en conocimiento de la población unos sencillos consejos prácticos.
1. Las hormigas y su gusto por el dulce
La especie más común, la hormiga de jardín, no suele portar enfermedades. De todos modos, es importante seguir una serie de pasos para prevenir sus paseos por la despensa.
La mayoría de las hormigas entran en nuestras casas en busca de comida, atraídas por lo dulce, por tanto hay que evitar dejarles vía libre para conseguirla. Esto se consigue cubriendo bien todos los alimentos, limpiando inmediatamente cualquier líquido derramado o restos de comida y, sobre todo precintando bien las bolsas de basura. Además, se deben recoger las sobras de comida de las mascotas en cuanto acaben de comer.
2. Las chinches usan nuestros bolsillos para trasladarse
Esta plaga se está convirtiendo en un importante problema en muchos países desarrollados, dada su rápida expansión y difícil tratamiento.
3. Las cucarachas, portadoras de enfermedades
Se trata de una de las plagas más habituales en los hogares y también la que puede provocar más enfermedades, como salmonella, gastroenteritis, fiebre tifoidea o asma. Su reproducción es tan rápida y resisten tanto que es necesario actuar con la mayor agilidad posible para evitar que lo colonicen todo.
En primer lugar, se deben sellar bien todos los agujeros que puedan suponer una puerta de entrada al hogar para estos insectos. Pero si ya hay alguna dentro la mejor forma de acabar con ellas es evitar que puedan acceder a la comida o al agua. Así, será conveniente guardar los alimentos en recipientes de plástico herméticos, limpiar cualquier resto de comida y tener especial cuidado con el almacenamiento de la ropa sucia.
4. Las pulgas, las mejores enemigas de nuestras mascotas
Los hogares donde hay perros o gatos son especialmente proclives a tener pulgas, por lo que se requieren unas medidas especiales de protección.
Aspirar las alfombras dónde duermen las mascotas, lavar sus camitas todas las semanas a una temperatura superior a 50ª y ubicarlas en un espacio sin más elementos que puedan ser foco de contaminación.
5. Moscas y mosquitos: les atrae la luz y la comida
Las llamadas “moscas de casa” pueden llegar a transmitir enfermedades como salmonella, tuberculosis o cólera, aunque en nuestro país es muy rara su existencia.
Hay que evitar atraerlas dejando comida a la vista o agua estancada donde puedan dejar sus larvas. Además, resulta útil cerrar las ventanas y puertas cuando se pone el sol y correr las cortinas para que no se acerquen a la luz.
6. Las polillas se comen nuestra ropa
Aunque no suponen un riesgo para la salud humana, su presencia en las casas causa importantes daños en la ropa, alfombras y telas que encuentran a su paso.
Al igual que las moscas, las polillas se sienten atraídas por las luces, por lo que debemos intentar mantener las ventanas cerradas durante la noche o taparlas con mosquiteras. Les encanta la ropa sucia, así que siempre será mejor lavarla antes de guardarla y, si no se va a usar durante un período de tiempo largo, almacenarla en las bolsas de plástico especiales. La superficie que hay debajo de los muebles se debe aspirar con asiduidad para eliminar sus huevos.
7. Las avispas, cuidado, mucho cuidado
Este tipo de insectos se pueden convertir en una importante amenaza, sobre todo para las personas alérgicas a sus picaduras.
Para saber dónde está situado el enjambre tenemos que observar el recorrido que hacen cuando vuelven de picotear de “flor en flor”. Una vez definido nuestro objetivo, el primer paso será hacer caso del sentido común y mantener las ventanas y puertas cercanas al nido bien cerradas. Si las avispas ya han elegido, por ejemplo, el tejado de nuestro hogar para hospedarse habrá que tener cuidado de no acercarse ni hacerles nada que puedan interpretar como un ataque. En este caso sólo nos queda llamar a los profesionales.
8. Ratones contorsionistas
Tener una familia de roedores como inquilina puede causar importantes problemas, incluso un incendio en el hogar provocado por las mordeduras de estos bichos.
Tapiar hasta el más mínimo hueco es una de las primeras medidas de prevención. Los roedores tienen un esqueleto muy blando y son capaces de colarse por el “agujero de una aguja”. También conviene evitar dejar comida o restos que los puedan atraer a darse un banquete a nuestra cuenta. Como medida de prevención se pueden utilizar aparatos que emitan ultrasonidos, inaudibles para las personas, pero muy molestos para los roedores. Pero no se crean que esto es la panacea porque los ratones consiguen aclimatarse rápidamente a estas ondas y, si su hogar les resulta atractivo, puede que se convierta en su próximo destino. Evítelo manteniendo su hogar lo más limpio posible.
9. Las ratas atraen otras plagas
En el caso de las ratas la cosa se complica aún más, llegando a trasmitir graves enfermedades como tuberculosis o salmonella. Además, pueden portar otras plagas como pulgas, garrapatas o ácaros. Por tanto, su presencia en nuestro jardín o en el interior de casa puede suponer un importante riesgo para la salud de personas y animales.
Los consejos a seguir son muy similares a los explicados para los ratones. Tengamos en cuenta que el mayor tamaño de estos roedores no les impide colarse por los huecos más insospechados. Una rata joven es capaz de meterse por un agujero de menos de 1 centímetro. Hay que poner especial cuidado en el mantenimiento de las tuberías, ya que los conductos rotos les sirven como camino de entrada en el hogar.
10. Los topos, expertos exploradores en nuestro jardín
Estos pequeños excavadores son capaces de tejer una extensa red de túneles en el subsuelo, provocando la aparición de mini volcanes de tierra por todo el jardín.
Poco se puede hacer para conseguir que los topos pasen de largo por nuestro césped. En este caso tenemos que cambiar la prevención por la acción directa cuando el problema ya ha aparecido. En el mercado existen multitud de productos para controlar esta plaga, aunque la experiencia de profesionales demuestra que la fumigación y las trampas son las únicas armas eficaces para evitar que nuestras parcelas se llenen de autovías subterráneas.