A finales del año pasado ocurrieron en Portugal 10 fallecimientos y decenas de hospitalizados por legionelosis. Además, se han dado brotes de Legionella tanto en Salamanca (4 casos), como en un polideportivo de Benidorm (6 casos). Incluso en Hong Kong se han dado 3 casos de infección en un hotel el pasado febrero.
No es extraño pensar que, cuando suben las temperaturas fuera del período estival, tanto hoteles como restaurantes y otros establecimientos públicos, deciden arrancar los equipos de refrigeración sin avisar a las empresas de mantenimiento, pues bien, debemos saber que esta acción supone un gravísimo riesgo para la salud pública, ya que al no haber llevado a cabo el control de legionella: limpieza, desinfección, tratamiento continuo de biocidas, controles analíticos, etcétera, éstos equipos generarán aerosoles que pueden contener grandes cantidades de la bacteria Legionella.
La Legionella es un riesgo en edificios con cualquier sistema con aerosolización de agua. El cumplimiento de la normativa vigente por parte de los propietarios es fundamental para evitar brotes. La puesta en marcha de equipos de refrigeración como torres o condensadores evaporativos, con la subida de las temperaturas y sin un mantenimiento adecuado, es un grave peligro para la salud pública.
La ley dice que estas instalaciones de riesgo sólo deben funcionar durante el verano y deben estar dadas de alta en la administración sanitaria competente. Además, se debe realizar un tratamiento de limpieza y desinfección a los equipos que hayan estado parados más de un mes seguido, antes de su puesta en marcha. (Ver artículo 3 del Real Decreto 865/2003).
Por tanto, los responsables del funcionamiento de estas instalaciones, de no seguir el protocolo, y sus posteriores consecuencias, serán los titulares de las instalaciones. Los propios titulares son quienes deberán informar a las empresas de mantenimiento sobre la fecha de puesta en marcha y clausura de sus torres de refrigeración.