Que la legionella no te de una sorpresa: guía práctica para hoteles, pensiones e institutos con duchas
Cuidado con legionella en colegios, gimnasios, oficinas y hostelería, justo después del verano. La puesta en marcha puede ser peligrosa
Nuestros artículos sobre el control de plagas, servicios de desinfección y desratización así como nuestras recomendaciones más comunes para evitar plagas de insectos y pequeños animales.
Cuidado con legionella en colegios, gimnasios, oficinas y hostelería, justo después del verano. La puesta en marcha puede ser peligrosa
La vuelta del verano trae consigo un intenso movimiento de huéspedes, equipajes y textiles. Ese flujo eleva la probabilidad de que Cimex lectularius entre y se disperse en alojamientos, residencias de estudiantes y viviendas turísticas.
Si quieres saber sobre el control de plagas de mosquitos en tu negocio, en A Tu Salud Ambiental, te ayudamos. Descubre cómo en nuestro blog
Septiembre es temporada alta de avispas. Descubre como mantener tu negocio a salvo. Protección y estrategias para reducir los riesgos
Tener una piscina con el agua aparentemente limpia no significa que esté segura. Lo que no se ve puede representar un verdadero peligro para la salud pública: bacterias, hongos, virus, productos mal aplicados o acumulaciones químicas pueden afectar gravemente tanto a los bañistas como a los gestores de la instalación.
La realidad es que la legionella puede estar presente también en entornos de piscina, especialmente en zonas anexas como duchas, jacuzzis, fuentes ornamentales o sistemas de nebulización.
Con la llegada de agosto, muchas piscinas se convierten en el centro de ocio, ejercicio y relajación para miles de personas. Pero lo que a simple vista puede parecer un entorno seguro y saludable, puede esconder riesgos biológicos graves si no se lleva a cabo un mantenimiento adecuado.
El verano, con sus temperaturas elevadas y mayor actividad humana, crea el entorno perfecto para que las chinches proliferen. El calor extremo no solo no las elimina de forma natural, sino que acelera su ciclo biológico, intensificando las infestaciones si no se actúa a tiempo.
En los últimos años se ha extendido una creencia común: que las chinches se han vuelto inmunes al calor. Esta idea se ha reforzado ante infestaciones que persisten incluso después de veranos especialmente calurosos o tras tratamientos térmicos poco eficaces. Pero ¿es cierto que ya no se pueden eliminar con calor? ¿O estamos ante una mala aplicación del mismo?
Los meses de julio y agosto traen consigo temperaturas elevadas que aceleran la reproducción de las chinches.